miércoles, 1 de agosto de 2012

Defensa de la alegría
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
 de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
            y también de la alegría
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miércoles, 25 de julio de 2012

Esos momentos... en los que no veo con claridad lo que para el mundo parece ser visible, claro, redondito...


Esos momentos... en los que la afección que un afecto me genera, me detiene, paraliza, nubla.


Esos momentos... en los que siento que no puedo porque ya pude con anterioridad y me siento cansada.


Esos momentos... en los que no me veo; y si por momentos me veo, no me gusta como me veo porque no me gusta lo que veo.


Esa relación tan espiralada entre lo que siento ante una realidad que me es ajena aunque me atraviesa...
Esos afectos que nunca se callan y celebro que así sea.
Esas miradas, internas y externas, que siempre están dispuestas a mirar y a devolver...
Esas palabras que quieren ser oídas porque tienen algo importante que decir...


Creo yo que este desdibuje es parte de...
Creo yo que estas sombras son parte de...
Creo yo que estos sentimientos son parte de...


Creo yo que vivir es parte de...


Creo yo que un cierto grado de desapego inteligente puede ser un valioso instrumento de paz en esta vida.


Pase lo que pase, yo siempre reacciono...


"Qué no me pierda lo inmenso de lo inmenso!"